viernes, 25 de noviembre de 2011

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miércoles, 23 de noviembre de 2011

Prácticas equívocas al momento de planificar

La persistencia en algunos establecimientos de un modelo administrativo y burocrático por sobre una idea de gestión curricular en función del logro de metas, hace que en ocasiones se asuma de forma equívoca el sentido de la preparación de la enseñanza. Para evitar que esto ocurra, se advierte a continuación sobre problemas habituales en el ámbito de la planificación:
  • “Lo importante es que se entreguen planificaciones”: es común que se pida a los docentes entregar múltiples planificaciones en algún momento del año, bajo el supuesto que basta con que se hagan llegar estos documentos a la Unidad Técnico-Pedagógica y que el libro de clases coincida con lo dicho en ellos. Esta concepción de la planificación prioriza la acumulación de documentos y la supervisión, por sobre el logro de aprendizajes en los estudiantes, provocando que los docentes crean que lo importante es entregar y llenar papeles, aun cuando lo que se realice en la práctica sea otra cosa. Entendida así, la planificación resulta un gasto excesivo de tiempo para todos los actores involucrados en ella, que tiene como consecuencia una pérdida de sentido en torno a la preparación de la enseñanza. Junto con ello, se olvida que lo más importante no es supervisar el cumplimiento de la planificación paso a paso, sino monitorear el logro efectivo de los aprendizajes en los estudiantes.

  • “El buen profesor es el que cumple con su planificación paso a paso”: al contrario de lo que a veces se piensa, el buen profesor es el que, además de preparar su enseñanza, es capaz de tomar decisiones pedagógicas y realizar modificaciones a lo planificado cuando esto favorece un mejor desempeño en los estudiantes. Cuando se da a entender a los docentes que lo mejor es que sigan paso a paso lo planificado, se corre el riesgo de ignorar los intereses y ritmos de aprendizaje de los estudiantes, aspectos que muchas veces requieren cambiar los recursos con que se trabaja o el tiempo estimado para el logro de una determinada expectativa. Los perjudicados frente a una perspectiva como esta son, por un lado, los docentes, pues sienten la planificación no como una herramienta útil, sino como una imposición incómoda hacia su práctica; y, por otro, los estudiantes, pues deben resignarse a no haber logrado un determinado aprendizaje en el período establecido. ´

  • “Existe una sola forma de planificar”: muchas veces la Unidad Técnico-Pedagógica rechaza planificaciones que no corresponden al modelo que utiliza el establecimiento, aun cuando sí contienen los elementos fundamentales desde una perspectiva pedagógica más actual: qué se espera lograr (contenidos y habilidades), cómo y de qué manera se evaluará el logro efectivo de tal expectativa. Si se entiende que la planificación es una herramienta que facilita el trabajo del docente, se debería asumir cierta libertad en términos del formato de planificación que se utilice.
Tener en cuenta estos puntos puede ayudar a que la práctica de la planificación mantenga su sentido pedagógico y su utilidad para el trabajo docente, además de evitar posibles pérdidas de tiempo y trabajo.
El siguiente cuadro puede orientar el enfoque de la preparación de la enseñanza en los establecimientos. En él se sintetiza el contraste entre una noción tradicional y una noción más actual de planificación:
Noción tradicional de planificación
 
Noción actual de planificación
  • Es un trámite que resulta importante para la Unidad Técnico-Pedagógica.
  • Es una herramienta útil para el docente y para el establecimiento en general.
  • Su finalidad es vigilar que los profesores y profesoras estén cumpliendo paso a paso lo que señalaron que harían.
  • Su finalidad es organizar el trabajo en aula en torno a ciertas metas de aprendizaje.
  • Lo más importante es saber qué conceptos trabajará el docente y cuándo lo hará.
  • Debe señalar los conceptos, procedimientos y actitudes que se busca desarrollar en los estudiantes, qué actividades se realizarán para ello y el tiempo estimado en que se espera lograrlo.
  • Funciona como una imposición hacia el (la) profesor(a).
  • Funciona como una hipótesis que se puede modificar según su funcionamiento en la práctica.
*Por María Teresa Flórez, coordinadora y docente en el área de Lenguaje y Comunicación, Programa de Educación Continua para el Magisterio, Universidad de Chile. Correo: mtflorez@uchile.cl.

Distinción entre planificación y diseño de enseñanza

Una distinción relevante en el ámbito de la preparación de clases es la que corresponde a las nociones de planificación y diseño de la enseñanza. Confundir estos ámbitos puede llevar a prácticas erróneas o contraproducentes dentro de los establecimientos; de allí la importancia de tenerlas en cuenta.

1. Planificación

La planificación corresponde a un trazado general de los aprendizajes que se espera lograr en un lapso amplio de tiempo, asegurando al mismo tiempo la cobertura curricular del subsector. Según las orientaciones del MINEDUC con respecto a este tema, la planificación “(…) tiene como finalidad ordenar y definir los tiempos respecto de los aprendizajes propuestos por el currículum, para ser tratados durante el año escolar”, con el fin de, “asegurar la cobertura curricular y prever necesidades que emergerán durante el proceso de enseñanza y aprendizaje” (MINEDUC, “Jornada de Planificación y Diseño de la Enseñanza”, 2007). Se trata de un trabajo en lo posible colectivo, que involucra a los departamentos por disciplina de cada establecimiento. Es esto lo que se espera que los docentes entreguen a la Unidad Técnico-Pedagógica, pues a través de esta instancia es posible saber qué ruta seguirán para trabajar con sus estudiantes en base al currículum.

¿Qué se espera específicamente de los profesores y profesoras en el ámbito de la planificación? Consultando el Dominio A del Marco para la Buena Enseñanza (CPEIP-MINEDUC, 2003) se puede tener una idea de las expectativas en este ámbito. Según dicho documento, se espera lo siguiente del docente:

* Domina los contenidos de las disciplinas que enseña y el marco curricular nacional: el docente tiene una buena base teórico-práctica en el ámbito disciplinario en el cual trabaja y, en concordancia con ello, tiene una buena comprensión del enfoque y los contenidos (conceptuales, procedimentales y actitudinales) que se promueven en el currículum del subsector.
* Conoce las características, conocimientos y experiencias de sus estudiantes: además, sabe con qué estudiantes está trabajando, tanto en términos de sus conocimientos disciplinarios como de sus experiencias e intereses. Ello puede ayudar a preparar una enseñanza más pertinente y cercana al perfil de alumnos y alumnas del establecimiento.
* Domina la didáctica de las disciplinas que enseña: no solamente conoce los contenidos de la disciplina, sino que también posee dominio acerca de las formas en que dichos contenidos pueden ser trabajados en aula, en función del logro de mejores aprendizajes.
* Organiza los objetivos y contenidos de manera coherente con el marco curricular y las particularidades de sus alumnos: según los puntos anteriores, se esperaría que el profesor o profesora fuera capaz de conectar las expectativas del currículum con las características de sus estudiantes, en el contexto de una planificación.
* Las estrategias de evaluación son coherentes con los objetivos de aprendizaje, la disciplina que enseña, el marco curricular nacional y permite a todos los alumnos demostrar lo aprendido.

A este ámbito de la preparación de la enseñanza, por lo tanto, corresponden la planificación anual o por unidad didáctica. Con respecto al tipo de planificación, se puede elegir cualquier modelo que sea coherente con la perspectiva pedagógica actual, esto es, que no contemple únicamente los conceptos a tratar en la unidad, sino también las habilidades a desarrollar, las actividades por medio de las cuales se espera lograr los aprendizajes y las estrategias de evaluación que permitirán monitorear el logro progresivo de las expectativas, con sus respectivos indicadores.


2. Diseño de la enseñanza

Esta práctica de preparación de la enseñanza es particular de cada docente y se refiere al diseño de su práctica clase a clase. Por lo tanto, implica una especificación por sesión de lo que señala en términos generales dentro de su planificación. Según el MINEDUC, se refiere “al desarrollo particular de la clase, considerando el saber disciplinario y pedagógico del docente responsable del curso, y teniendo presente las características de los estudiantes”, con el fin de, “generar las estrategias adecuadas para asegurar que todos los estudiantes aprendan significativamente” (“Jornada de Planificación y Diseño de la Enseñanza”, 2007). Lo que se espera del docente en este ámbito se puede observar en el Dominio C del Marco para la Buena Enseñanza (CPEIP-MINEDUC, 2003):

* Comunica en forma clara y precisa los objetivos de aprendizaje.
* Las estrategias de enseñanza son desafiantes, coherentes y significativas para los estudiantes.
* El contenido de la clase es tratado con rigurosidad conceptual y es comprensible para los estudiantes.
* Optimiza el tiempo disponible para la enseñanza.
* Promueve el desarrollo del pensamiento.
* Evalúa y monitorea el proceso de comprensión y apropiación de los contenidos por parte de los estudiantes.

Hay contextos en los que se pide que los profesores y profesoras entreguen a la Unidad Técnico-Pedagógica este tipo de diseño, con el fin de supervisar posteriormente el cumplimiento de lo establecido para cada sesión en aula. Lo problemático de este requerimiento es que se comprende erróneamente la función y utilidad de la preparación de la enseñanza. Su finalidad principal será siempre organizar de forma coherente la práctica de aula, con el fin de tener una meta de aprendizaje clara y posibles estrategias para lograrla. Por lo tanto, se tratará siempre de una formulación en teoría de aquello que se quiere realizar en aula. Como toda teoría, sin embargo, su formulación siempre puede ser cuestionada por la práctica.

Un ejemplo puede clarificar mayormente lo anterior: para desarrollar habilidades de lectura un docente selecciona un texto literario para trabajar en clases, creyendo que resulta adecuado para el nivel y el tipo de estudiante con que trabaja; no obstante, cuando comienza a utilizarlo, se da cuenta que el texto no motiva a los estudiantes o que resulta muy difícil para el nivel de comprensión lectora en que se encuentran. ¿Qué decisión será la más adecuada frente a esta situación? ¿Continuar con el diseño de las clases al pie de la letra o buscar un texto más cercano para los estudiantes? Evidentemente, la mejor decisión en términos pedagógicos será la segunda, pues es la única que se centra en lo más relevante: que los estudiantes logren aprendizaje. Si, por el contrario, se insiste en utilizar el mismo texto, es probable que se cumpla con lo planificado, pero que no se logren las metas de aprendizaje, punto en el cual la preparación de la enseñanza perdería todo su sentido.

Un segundo ejemplo: un docente señala que, en teoría, el aprendizaje esperado de su planificación se podría lograr en aproximadamente 8 horas pedagógicas. En concordancia con ello, diseña sus clases para el tiempo que determinó en la planificación. No obstante, cuando aplica lo preparado en la práctica, observa que el curso avanza mucho más lento de lo que esperaba en el logro de las expectativas. En una situación como esta, ¿será mejor dar por terminado el proceso en las 8 horas establecidas o agregar algunas clases adicionales en torno al mismo aprendizaje, con el fin de reforzar las debilidades detectadas en la práctica? La segunda decisión es mucho más pertinente si lo que se espera es que los alumnos y alumnas aprendan adecuadamente. Por lo tanto, si bien continúa con su planificación general, el docente puede modificar su diseño de la enseñanza según los resultados que vaya obteniendo en la práctica.

Queda claro, a partir de los ejemplos anteriores, en qué sentido el diseño de la enseñanza debe enfocarse principalmente como una práctica personal de cada docente, pues es necesario contar con cierta movilidad en este ámbito según los resultados que se vayan obteniendo en aula. Lo importante es conocer el diseño general de cada profesor o profesora, para monitorear luego, más que el cumplimiento de ciertas actividades en determinada fecha, el logro de los aprendizajes establecidos como expectativa dentro de la planificación.

* Por María Teresa Flórez, coordinadora y docente en el área de Lenguaje y Comunicación, Programa de Educación Continua para el Magisterio, Universidad de Chile. Correo: mtflorez@uchile.cl.

REFERENCIAS

*
Jornada de Planificación y Diseño de la Enseñanza (2007), Coordinación de Enseñanza Media, División General de Educación MINEDUC, Santiago.
*
Marco para la Buena Enseñanza (2003), CPEIP-MINEDUC, Santiago.

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